Bárbara Aguilar actualmente es inspectora de educación, aunque fue maestra durante mucho tiempo, también trabajó de secretaria y jefa de estudios. Trabajando de maestra se dio cuenta que no le gustaba el cole como era, que necesitaba una innovación y ese cambio debe ser a mejor. Por ello, planteó un proyecto para mejorar.
¿Por qué hacemos las cosas así? Cuando llegamos a un sitio y las cosas se hacen de una determinada forma, tiene un por qué; pero siempre que consideremos que las cosas pueden cambiar a mejor, se pueden hacer de otra forma. ¿Por qué ocurren las cosas de esa manera, y por qué no se pueden cambiar? Las convicciones de uno son únicas y se deben seguir hasta el final.
Cuando lleguemos a un cole nos puede ocurrir o que lleguemos y que las cosas se hagan de una determinada forma. O llegar a un sitio y que todos hagan las cosas de la misma forma y tu no estés de acuerdo. Es importante tener tus propias convicciones de lo que quieres y de lo que esperas de tus alumnos. Debemos seguir nuestro propio camino.
Lo que ocurre muchas veces es que se considera que la innovación es hacer lo mismo pero de distinta manera, y eso no es innovar; innovar es hacer cosas distintas de forma diferente. Por ello, hay que aplicar las tecnologías para innovar, es decir, no para hacer lo mismo a través de las tecnologías, sino hacer cosas distintas con un método diferente como son las TICs. Para ello es necesario nuevas metodologías, nuevas formas y nuevos agrupamientos, para innovar realmente.
Un granito de arena: "una persona sola no es capaz de cambiar el mundo, pero si cada uno ponemos nuestro granito de arena, podremos formar una gran playa"
Desde que llegó al cole, ella sí que usaba otras metodologías en el aula y algunas pizcas de innovación, hasta que llegó el día que le plantearon si quería ser secretaria. Aceptó y consideró que era necesario formarse para conocer las nuevas tecnologías.
Cuando tuvo la ocasión, presentó su proyecto innovador, que debería ser lo bastante diferente como para ser seleccionada para un programa pionero en la Comunidad Valenciana y planteó el proyecto de “El cole que se atrevió a soñar”. Se aventuró a presentar el proyecto a la Conselleria y se lo aceptaron y fue en ese momento cuando realmente empezó el sueño en conjunto.
Una vez conseguidos los recursos, era necesaria una formación para hacer una innovación real, tratar nuevas cosas de nuevas formas. Pero los sueños no son los mismos para todos, y en algunas ocasiones sientes que estás solo, pero aún así no hay que dejar de luchar por ello.
Lo más importante de un proyecto es creértelo y hacer que se lo crean; hacer que tu sueño sea el de los demás y que todos juntos luchen por ese sueño.
Llegó un momento que no pudo seguir con el proyecto, debido a las adversidades que se le presentaron y le ofrecieron ser coordinadora TIC de la zona. Y de ahí le propusieron la inspección educativa que es donde trabaja actualmente.
Finalmente, cuando acaba cada proyecto, es necesario evaluar. Ella misma quiere una evaluación sobre ella que le hagan los demás, para saber qué hace bien y qué hace mal, qué gusta y qué no gusta y poder siempre mejorar.
Con cosas como las que le ocurrieron a Bárbara, te das cuenta de que nunca hay que dejar de soñar, que no hay que darse por vencido ante las adversidades, porque lo más normal es encontrarse con problemas pero es necesario ese cambio; la escuela de hoy debe innovar para responder a la sociedad en la que vivimos, por eso la importancia de la innovación, los cambios de metodología y de recursos y sobre todo el cambio de la mentalidad del profesorado.